2013/09/19

Releer a Melville

No he leído toda su obra, todavía, pero cuanto más la leo, más me admiro. Herman Melville, tantas veces arrinconado en las estanterías de literatura juvenil o de aventuras, es uno de los autores imprescindibles, que si ustedes hacen la cuenta, no son tantos.

Leer Moby Dick es un ejercicio de lectura incomparable. Le entran a uno ganas de enrolarse en la tripulación de un ballenero, aunque sea de bandera japonesa, y surcar los mares en busca del gran cetáceo, el leviatán de las aguas profundas. 


No pienso entrar a profundizar en el contenido filosófico de la obra de Melville, ni de Moby Dick, ni de Bartleby el escribiente, simplemente se trata de invitar al lector, si es que alguno pasa por ahí, a que se anime a hincarle el diente al autor estadounidense. Ahí están esperándonos Taipee, Billy Budd, Benito Cereno... Hay para elegir, sin duda. 

Melville sufrió en vida diversos fracasos, en especial con la mala acogida de la edición de Moby Dick, y acabó engrosando la lista de escritores ninguneados por el gran público. paso al olvido durante décadas, pero más de cien años después de su muerte es, sin exagerar, un autor de culto, reeditado continuamente. 

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