2015/01/20

Verbos

Caminar,
Caminar adelante,
Y dejar
Sobre las huellas frescas
Las viejas piedras
Del castillo en ruinas.

Olvidar
Las teorías perfectas
Que quisimos llevar en la frente
Como aquella ceniza
Del miércoles.

Transigir
Y mezclarse con otros
Abandonando dogmas
Moribundos.

Desoír
Las llamadas de auxilio
De los que adoran tanto
La costumbre y el rito.

Descubrir
Entre tanta maleza
Todo lo inexplorado
Por los que antes buscaron.

Alcanzar 
Entre nubes y sombras
Los sueños amarillos
De la noche.

[1980-2-16]

Esperando a Godot

Esperando a Godot
O tal vez al tranvía;
En alguna taberna
Bebiendo vino rojo;
O mirando el retrato
Arrugado de Julia.

Haciendo el crucigrama
Del diario de la tarde;
Pegando una patada
Al gato del vecino;
O viendo si el correo
Trajo carta de fuera.

Encima de la alfombra
Leyendo poesía;
Soñando que las cosas
Cambiarán algún día;
Esperando a Godot
O tal vez al tranvía.

[1980-8-3]



2014/06/02

De paso



El anochecer es un estertor
de luminosos campos de cereal alimonados,
que refulgen, cual navaja de acero,
sobre la fría frente de los desamparados.



[2014-5-14]

2014/02/11

Oharra


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 Aldez aurretik, esker mila.

* * *

Por coherencia con los últimos cambios habidos en el blog, la dirección URL del mismo pasará a ser a partir del 13 de febrero próximo la siguiente: aukera.blogspot.com.es .
Gracias anticipadas.



2014/02/04

Aproximación a Schnitzler

Últimamente ando algo tedioso con mis pequeños apuntes de lectura. Prometo esmerarme y dejar algunas impresiones sobre libros y autores que merezca la pena reseñar. Acabo de concluir la lectura de un volumen de relatos del escritor austríaco Arthur Schnitzler, predecesor de monstruos como Robert Musil, Joseph Roth o Stefan Zweig, entre otros grandes de la escritura en lengua alemana.

Schnitzler, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX, es conocido especialmente por sus obras de teatro, pese a tener una profusa obra narrativa repartida entre libros de cuentos y novelas. Mi primer contacto con este autor ha sido el volumen de cuentos El destino del baron Von Leisenbohg. Se trata de un libro donde predominan los amores frustrados, los engaños y en el caso del último de los cuentos, el titulado Yo, una dulce aproximación a la locura de su protagonista. El autor era médico psiquiatra. 

Escribe el dramaturgo austríaco con elegancia, haciendo que el lector se deje llevar fácilmente por su prosa, aunque la trama, en ocasiones, puede resultar un tanto trasnochada. Y es que la primera edición de la obra data de 1903, hace más de un siglo. No todos los cuentos son redondos, unos agradan más que otros, pero en líneas generales se leen con placer. Todos los relatos se desenvuelven en Viena, ciudad natal del escritor.

Como dato complementario cabe señalar que se trata de un escritor judío, de ascendencia hungara, cuyos libros fueron quemados en las hogueras organizadas por el nazismo para librar a los buenos alemanes de las malas influencias. Muerto en 1931, tan solo conoció los prolegómenos de lo que fue el horror nacionalsocialista.


  • El destino del baron Von Leisenbohg- Arthur Schnitzler, Acantilado 2003  



2013/11/06

El descubrimiento de Alice Munro

Desconozco las razones por las que mis escritores favoritos son, por lo general, hombres. He de confesar que he leído escasas novelas, relatos o poemas escritos por mujeres. Y no es misoginia. Mis cantantes favoritos son casi todos mujeres: Amalia Rodrigues, Patti Smith, Ute Lemper, Ella Fitzgerald, Françoise Hardy...

A raíz de la concesión del premio Nobel a la canadiense Alice Munro, he comenzado a leer algunas de sus obras. La primera ha sido La Vida de las mujeres, una novela de 1971, y ahora estoy con el libro de relatos El progreso del amor, de 1986. La verdad es que los títulos de ambas no son representativos del contenido que guardan los volúmenes. Son títulos un tanto naif, casi diría que cursis, pero los textos no lo son en absoluto.

2013/09/19

Releer a Melville

No he leído toda su obra, todavía, pero cuanto más la leo, más me admiro. Herman Melville, tantas veces arrinconado en las estanterías de literatura juvenil o de aventuras, es uno de los autores imprescindibles, que si ustedes hacen la cuenta, no son tantos.

Leer Moby Dick es un ejercicio de lectura incomparable. Le entran a uno ganas de enrolarse en la tripulación de un ballenero, aunque sea de bandera japonesa, y surcar los mares en busca del gran cetáceo, el leviatán de las aguas profundas. 

2013/05/29

La envolvente lluvia de Llamazares

Con veinticinco años de retraso sobre su publicación he leído estos días "La lluvia amarilla" del leonés Julio Llamazares. Se trata del monólogo de Andrés, el último habitante de Ainielle, una aldea del Pirineo aragonés deshabitada. En su delirio previo a la muerte, el protagonista y narrador va repasando acontecimientos, en especial la marcha de su hijo Andrés al extranjero, huida que condenaba al pueblo a su irremisible desaparición. El hijo era la última esperanza de continuidad.

Es un lamento continuado, a veces repetitivo, que refleja el sentir de la gente de la montaña con acierto, pero en un lenguaje que resulta impostado. No hay nadie en el medio rural, ni aún hoy en día, que utilice términos tan cultos como algunos de los que usa el escritor a la hora de construir el relato. Si el texto estuviera puesto en boca de un noble arruinado, un cura o un médico rural, podría valer, pero en la de un labriego no.

2013/05/15

Fortaleza Buzzati

Concluí días atrás la lectura de "El desierto de los tártaros", novela del italiano Dino Buzzati, un escritor no demasiado difundido por estos pagos. El libro trata de la estancia del protagonista, Giovanni Drogo, en la llamada Fortaleza Bastiani, un destacamento situado en la frontera norte de un país imaginario, supuestamente amenazado por las tribus tártaras del otro lado.

En realidad, a lo largo del libro no se librará batalla alguna. Tan solo se desencadenarán algunas falsas alarmas, ocurrirán algunas escaramuzas, tragicómicas a veces, y en general nunca pasará nada en la fortaleza que vigila a los tártaros.

2013/04/11

Cuéntame un cuento, Onetti (o Carver)

La costumbre de leer a un tiempo cinco o seis libros le hace a uno perder la perspectiva y, a veces, hasta dislocarse. He leído hace poco los cuentos completos de Juan Carlos Onetti, uno de mis autores latinoamericanos preferidos, sino el que más. Conocidas sus novelas, algunos de sus cuentos desmerecen, aunque otros, sobre todo los que se ubican en el territorio imaginado de Santa María, se encuentran a la altura, o sea, a mucha altura.

2013/02/22

Viajar con Pla

Llevaba tanto tiempo queriendo leer a Josep Pla, que cuando lo he hecho la satisfacción ha sido muy superior a la expectativa creada, al contrario de lo que suele ocurrir con otros escritores. Parece mentira que un libro como Viaje en autobús, del año 1942, pueda producir esa sensación de armonía que raras veces se encuentra en un libro.

Los pequeños retratos de costumbres que realiza el escritor catalán, con descripciones minuciosas como la que dedica a una becada, inconmesurable, le reconfortan a uno de tanta página volandera sin criterio y sin alma.

2013/01/16

Rulfo, bartleby hasta el infinito

Hace unos pocos días concluí la lectura de "El llano en llamas", el libro que reúne los cuentos de Juan Rulfo, su principal obra junto a la novela corta "Pedro Parámo" y la póstuma "El gallo de oro". Diríase que Rulfo es el gran bartleby de la literatura del siglo XX. El escritor que dejó de escribir, sin más explicaciones, porque le vino en gana.

2012/11/05

Sabio Zweig

He concluido hace nada dos libros del exitoso autor austríaco Stefan Zweig, muerto en Brasil por mano propia en 1942, cuando los nazis dominaban Europa y ensombrecian el futuro de la humanidad. Zweig dejó este mundo convencido de la victoria de Hitler.

Nadie puede discutir la elegancia de un escritor al que tal vez le haya faltado una obra narrativa más poderosa para encaramarse en el podium de los mejores del pasado siglo.

2012/04/17

Maldito Handke

Acabo de concluir la lectura de En una noche oscura salí de mi casa sosegada, novela de Peter Handke en la que se relata la aventura en el bosque de un farmaceútico de un pueblecito cerca del aeropuerto de Salzburgo, aficionado a los hongos.

Probablemente no sea la mejor obra del autor austríaco, pero cualquier libro de él vale mucho más que la mayoría de los que inundan las listas de ventas y los escaparates de las librerías.

2012/03/13

"Cruz sin amor", alegato antinazi de Heinrich Böll

Este domingo concluí la lectura de Cruz sin amor, primera novela del nobel alemán Heinrich Böll, que no fue publicada hasta el año 2002. En su momento, Böll la presentó a un concurso organizado por una publicación católica, que la rechazó. El autor renunció entonces a publicarla y solo vio la luz a la hora de editarse sus obras completas.