2010/12/16

Bajo las ruedas

La segunda novela de Herman Hesse, regalada por mi hija en mi último cumpleaños, es una lectura estimulante. Se trata de un libro de no muchas páginas, pero al que no le sobra ninguna. Su protagonista, Hans Giebenrath, es un muchacho que vive en un pequeño pueblo de la Alemania rural, huérfano de madre, que es encaminado a estudiar, como única vía de salvación para salir de la postración que supone la vida en aquel lugar apartado de la modernidad. Es evidente la influencia de la propia vida de Hesse en el dibujo del personaje de Hans. Las similitudes son extraordinarias.

El maestro, el cura, el zapatero ultrareligioso, su propio padre... todos le llevan a que se presente al examen para entrar en el seminario. Pasa la prueba, quedando segundo de todos los aspirantes, e ingresa en la institución. Allí comenzará su largo calvario. Se transformará en otra persona, caerá enfermo,  y, presionado hasta la extenuación, fracasará.

Hans volverá al pueblo, deambulará por los campos, irá de aquí para allá, conocerá a una muchacha mientras ayuda a cosechar la sidra, entrará de aprendiz en un taller mecánico e iniciará otra vida, como uno más de su comunidad. El final prefiero dejarlo en suspenso, para no reventar el libro. Atención a las descripciones del trabajo para elaborar la sidra o el del taller mecánico, porque no tienen desperdicio.

La lectura de "Bajo las ruedas" me ha remitido a otras obras, quizás más ambiciosas, sobre estudiantes, como la de Robert Musil, "Las tribulaciones del estudiante Torless", o la de James Joyce, "Retrato del artista adolescente". No es que tengan que ver de forma directa, pero las tres representan obras iniciales de escritores de amplio recorrido. En el caso de Hesse, puede resultar una lectura muy apropiada para quienes pretendan abordar los grandes títulos del escritor alemán, como "El lobo estepario" o "Demian". La traducción, de Genoveva Dieterich, impecable.

  • Bajo las ruedas - Herman Hesse, Alianza Editorial 1998

2010/09/24

Morgenstern & Roth

 Stefan Zweig y Joseph Roth

Coincidiendo con mi cumpleaños, acabo la lectura de "Huida y fin de Joseph Roth", libro de recuerdos de su amigo Soma Morgenstern. Un recorrido por la vida del escritor galiciano rememorado por otro galiciano. Morgenstern era un judío creyente que tras pasar por varios campos de concentración emigró a Estados Unidos, donde murió en 1976, viejo, cansado y sin ningún reconocimiento literario.

Roth, unos de cuyos textos más conocidos es "La leyenda del santo bebedor", que leí con gusto hace muchísimos años, fue también una leyenda y un santo bebedor. El alcohol acabó con su vitalidad sin cumplir los 45 años. Sus Henessy, sus calvados, sus aguardientes de ciruela, minaron su cuerpo y, en los últimos tiempos, su mente, acercándole al delirium tremens. El suicidio de Ernst Toller también tuvo influencia en su derrumbamiento final en París.

Todo aquel que disfrute con la lectura de los libros de Roth debiera acercarse a los recuerdos de Morgenstern, pues suponen un verdadero complemento para conocer de primera mano la trayectoria vital del escritor de Brody.  

El título del libro viene a emular el de la novela de Roth "Huida sin fin", que precisamente estoy leyendo estos días. La literatura te lleva así de un autor a otro, de Zweig a Roth, de Roth a Morgenstern y de éste a Musil, o viceversa.

PD: He decidido revitalizar un poco el diseño de la página, utilizando las nuevas plantillas de Blogger, en este caso una de Josh Peterson. Ahora la lectura se hace más cómoda y espero que la página resulte más estimulante al lector.

  • Huida y fin de Joseph Roth - Soma Morgenstern, Pre-Textos 2000
  • Huida sin fin - Josep Roth, Sirmio 1993 (reeditado en Acantilado)

2010/09/10

Galitzia

Uno no sabe la razón, pero lo cierto es que el propio desarrollo de los acontecimientos le va llevando hacia un determinado lugar. En mi caso, ese lugar es Galitzia. Una región que ha pertenecido a diferentes estados y que ahora se divide entre Polonia y Ucrania. En el periodo de entreguerras tenía unos ocho millones de habitantes, de los que casi un millón eran judíos. Muchos tuvieron que emigrar y otros muchos murieron por culpa de la barbarie nazi.

He leído en las últimas semanas "Las tres vidas de Stefan Zweig", de Oliver Matuschek, un recorrido por la vida del escritor austríaco, en el que aparecen algunos de sus contemporáneos, como es el caso de Joseph Roth. Sobre la vida de este escritor maldito estoy leyendo "Huida y fin de Joseph Roth", de Soma Morgenstern, autor que, como Roth, procede de Galitzia. En este volumen se habla, entre otras mil cosas, de la relación entre Roth y Robert Musil, el autor de "El hombre sin atributos", la novela inacabada que sigo intentando terminar de leer. Tal vez este año lo consiga.

De alguna manera, la lectura de "Austerlitz", de W.G. Sebald, me ha llevado a intentar descifrar el drama que padecieron tantos judíos en aquella época. Voy comprendiendo algunas cosas, otras se me escapan, pero siento que mi mirada se enriquece al leer a estos autores.

De Roth ya había leído su "Marcha Radetzky" y "La leyenda del santo bebedor". Un amigo me pasó en vacaciones "Hotel Savoy" y luego he leído "Job", una pequeña obra maestra del galiciano. De Stefan Zweig he terminado "Noche fantástica" y pretendo leer "El mundo de ayer". Tal vez estas cortas líneas sirvan para que alguien se adentre en el mundo de Galitzia y sus escritores.


  • Las tres vidas de Stefan Zweig - Oliver Matuschek. Papel de liar, 2009
  • Noche fantástica - Stefan Zweig. Acantilado, 2005
  • Job - Joseph Roth. Acantilado, 2007
  • Hotel Savoy - Joseph Roth. Acantilado, 1995
  • Huida y fin de Josep Roth - Soma Morgenstern. Pre-Textos, 2000
  • La marcha Radetzky - Joseph Roth. Edhasa, 2001
  • La leyenda del santo bebedor - Joseph Roth. Anagrama, 1985
  • El hombre sin atributos - Robert Musil. Seix Barral, 2001
  • Austerlitz - W.G. Sebald. Anagrama, 2002

2010/03/24

Entre las ruinas

Hace unos días concluí la lectura de Der Engel schwieg (El ángel callaba), novela del escritor alemán Heinrich Böll, que tiene como escenario la ciudad de Colonia, derruida tras los bombardeos aliados. Entre las ruinas sobrevive Hans, un soldado hambriento y sin alicientes que va a dar con Regina, una mujer que, desde la nada, consigue vadearse entre los escombros.

Podría ser una historia de amor, y lo es de alguna manera, pero sobre todo es la historia de la supervivencia, de la lucha por mantenerse en pie, día a día, cuando estás rodeado de destrucción, cuando nada tiene sentido.

Escrita entre 1949 y 1951, esta novela no sería publicada hasta 1992, una vez muerto el autor. La editorial mantuvo el suspense durante un año, y al final decidió no sacarla a la venta por su temática tan políticamente incorrecta. En tiempos de la nueva era, el Plan Marshall y el agradecimiento a los aliados no parecía conveniente sacar a la luz las consecuencias funestas de los bombardeos sobre las ciudades alemanas durante la guerra.

La verdad es que, leída hoy, El ángel callaba sigue manteniendo su crudeza, la descripción de la destrucción en la posguerra, las miserias humanas, la falta de consuelo. Pero en medio de las ruinas brilla una cierta esperanza en algunos personajes, en la relación entre Hans y Regina, en el sacerdote que da una botella de vino al soldado pŕofugo, en la monja enfermera que le acerca un poco de pan.

No es literatura para pasar el rato, una de esas novelitas de evasión que tanto se prodigan ahora. Quien agarre las hojas de El ángel callaba debe saber que la amargura y la tristeza recorren todas sus páginas.

FICHA:
  • El ángel callaba - Heinrich Böll, Seix Barral, Barcelona 1993

2010/02/23

Coincidencia

¿Existen las casualidades? Claro que sí. Mientras leía en casa Sobre la historia natural de la destrucción de W.G. Sebald, en la que se habla de los bombardeos de más de un centenar de ciudades alemanas durante la II Guerra Mundial, en los que murieron unos 600.000 civiles, me encuentro en El factor humano, de Graham Greene, -que voy leyendo en el autobús- con un par de referencias a semejante hazaña, circunscrita en este caso a los bombardeos de Dresde y Hamburgo,

Sebald, que aborda el escaso tratamiento que la literatura alemana de posguerra ha dado a esos hechos, describe la destrucción desnuda, sin maquillaje. Probablemente los alemanes que sobrevivieron a aquel horror se quedaron mudos, incapaces de expresar con palabras los acontecimientos narrados. Greene se limita a citar el pecado, para que aquel que se sienta aludido, profundice en los hechos.

No se trata de hacer paralelismos con el holocausto de los judíos, los gitanos, los homosexuales y los comunistas. Pero de éste, especialmente del padecido por los judíos, con sus millones de muertos, existe un amplio eco en la literatura y en el cine. De la destrucción planificada de las ciudades alemanas apenas si hay unas pocas referencias bibliográficas.

Por cierto que Sebald, al final de su obra, cita a Gernika como una de las ciudades que probaron más tempranamente la técnica del bombardeo aéreo masivo y la destrucción implacable de sus edificios, de sus infraestructuras y, por supuesto, de sus habitantes.

FICHA:
- Sobre una historia natural de la destrucción - W.G. Sebald, Anagrama, Barcelona 2003
- El factor humano - Graham Greene, Edhasa, Barcelona 1998

2010/02/15

Siempre Céline


Hay escritores de los que uno no puede desprenderse, aunque lo intente una y otra vez. Al final, regresan. Uno de los que me turbian el ánimo es Louis Destouches, conocido como Louis-Ferdinand Céline, posiblemente el mejor escritor francés del siglo XX. Su antisemitismo, su nihilismo, su carácter huraño, a veces ruin con sus mejores amigos, su desconfianza de todo y de todos no le han ayudado en nada, ni vivo ni muerto.

Hace pocas fechas terminé de leer la biografía y estudio de su obra elaborada por Maurice Bardeche. Un libro muy recomendable para quien no esté puesto en este autor, ya que puede realizar con su lectura una primera aproximación a su vida y, sobre todo, a su obra.

Su descripción del estilo, recurriendo a la imagen del espejo cóncavo, como antes haría Valle-Inclan, me ha parecido sobresaliente. El mismo Céline decía que si acercamos un bastón al agua, se reflejará en ésta con un cierto ángulo de deformación, por lo tanto ese bastón deberá ser retorcido para que la imagen reflejada corresponda a la trayectoria real de dicho bastón.

Con sus luces y sus muchas sombras, Céline tuvo la constancia de escribir sin parar. de forma enfermiza, prácticamente hasta su muerte en 1961. Una de las aportaciones más interesantes del estudio consiste en la defensa que Bardeche hace de las últimas obras del autor, especialmente de su trilogía: "De un castillo a otro", "Norte" y "Rigodon". Bardeche ensalza especialmente "Norte", que no he leído aún, por lo que no me voy a extender sobre el particular.

Esta opinión choca con el tópico de que Céline es "Viaje al fin de la noche" y poco más. Un tópico usado por quienes no han leído otras obras del autor francés. Simplemente "Muerte a crédito" está a la altura, si no supera, al ""Viaje". Ahí están además "Guinols band", "Fantasía" o "Normance".

Se podrá denigrar a Céline por su posicionamiento político y moral en torno al antisemitismo y al propio nazismo. Yo soy el primero en rechazar esos posicionamientos xenófobos. Pero lo que no se puede cuestionar, a día de hoy, es la obra en conjunto de Céline, sólida, amplia y sostenida en el tiempo.

FICHA:
- Louis-Ferdinand Céline - Maurice Bardeche, Aguilar, Madrid 1985

2010/01/29

Un Bartleby ha muerto


El escritor estadounidense Jerome David Salinger ha muerto a la edad de 91 años, tras más de 45 años de silencio editorial, en lo que se puede considerar uno de los casos más llamativos del fenómeno Bartleby, similar al del escritor mexicano Juan Rulfo.

Salinger es conocido mundialmente por su novela "El guardián entre el centeno", que ha vendido más de 60 millones de ejemplares, así como de "Levantad, carpinteros, la viga del tejado", entre otras obras.

Salinger se fue a vivir a una casa de campo y, al parecer, se dedicó a cultivar diversas filosofías, como el budismo o la cienciología, pero lo que quedara de él será su obra literaria, que ha influido en numerosos escritores.

Nacido en New York en 1909, en el seno de una familia pudiente, jamás se mezcló con los fastos del mundo literario. Su hija Margaret publicó en el año 2000 unas memorias en las que no sale muy bien parado, ya que le acusa de estar obsesionado con la religión e incluso de maltratar a su segunda esposa.

Que la tierra le sea leve.