2013/11/06

El descubrimiento de Alice Munro

Desconozco las razones por las que mis escritores favoritos son, por lo general, hombres. He de confesar que he leído escasas novelas, relatos o poemas escritos por mujeres. Y no es misoginia. Mis cantantes favoritos son casi todos mujeres: Amalia Rodrigues, Patti Smith, Ute Lemper, Ella Fitzgerald, Françoise Hardy...

A raíz de la concesión del premio Nobel a la canadiense Alice Munro, he comenzado a leer algunas de sus obras. La primera ha sido La Vida de las mujeres, una novela de 1971, y ahora estoy con el libro de relatos El progreso del amor, de 1986. La verdad es que los títulos de ambas no son representativos del contenido que guardan los volúmenes. Son títulos un tanto naif, casi diría que cursis, pero los textos no lo son en absoluto.

2013/09/19

Releer a Melville

No he leído toda su obra, todavía, pero cuanto más la leo, más me admiro. Herman Melville, tantas veces arrinconado en las estanterías de literatura juvenil o de aventuras, es uno de los autores imprescindibles, que si ustedes hacen la cuenta, no son tantos.

Leer Moby Dick es un ejercicio de lectura incomparable. Le entran a uno ganas de enrolarse en la tripulación de un ballenero, aunque sea de bandera japonesa, y surcar los mares en busca del gran cetáceo, el leviatán de las aguas profundas. 

2013/05/29

La envolvente lluvia de Llamazares

Con veinticinco años de retraso sobre su publicación he leído estos días "La lluvia amarilla" del leonés Julio Llamazares. Se trata del monólogo de Andrés, el último habitante de Ainielle, una aldea del Pirineo aragonés deshabitada. En su delirio previo a la muerte, el protagonista y narrador va repasando acontecimientos, en especial la marcha de su hijo Andrés al extranjero, huida que condenaba al pueblo a su irremisible desaparición. El hijo era la última esperanza de continuidad.

Es un lamento continuado, a veces repetitivo, que refleja el sentir de la gente de la montaña con acierto, pero en un lenguaje que resulta impostado. No hay nadie en el medio rural, ni aún hoy en día, que utilice términos tan cultos como algunos de los que usa el escritor a la hora de construir el relato. Si el texto estuviera puesto en boca de un noble arruinado, un cura o un médico rural, podría valer, pero en la de un labriego no.

2013/05/15

Fortaleza Buzzati

Concluí días atrás la lectura de "El desierto de los tártaros", novela del italiano Dino Buzzati, un escritor no demasiado difundido por estos pagos. El libro trata de la estancia del protagonista, Giovanni Drogo, en la llamada Fortaleza Bastiani, un destacamento situado en la frontera norte de un país imaginario, supuestamente amenazado por las tribus tártaras del otro lado.

En realidad, a lo largo del libro no se librará batalla alguna. Tan solo se desencadenarán algunas falsas alarmas, ocurrirán algunas escaramuzas, tragicómicas a veces, y en general nunca pasará nada en la fortaleza que vigila a los tártaros.

2013/04/11

Cuéntame un cuento, Onetti (o Carver)

La costumbre de leer a un tiempo cinco o seis libros le hace a uno perder la perspectiva y, a veces, hasta dislocarse. He leído hace poco los cuentos completos de Juan Carlos Onetti, uno de mis autores latinoamericanos preferidos, sino el que más. Conocidas sus novelas, algunos de sus cuentos desmerecen, aunque otros, sobre todo los que se ubican en el territorio imaginado de Santa María, se encuentran a la altura, o sea, a mucha altura.

2013/02/22

Viajar con Pla

Llevaba tanto tiempo queriendo leer a Josep Pla, que cuando lo he hecho la satisfacción ha sido muy superior a la expectativa creada, al contrario de lo que suele ocurrir con otros escritores. Parece mentira que un libro como Viaje en autobús, del año 1942, pueda producir esa sensación de armonía que raras veces se encuentra en un libro.

Los pequeños retratos de costumbres que realiza el escritor catalán, con descripciones minuciosas como la que dedica a una becada, inconmesurable, le reconfortan a uno de tanta página volandera sin criterio y sin alma.

2013/01/16

Rulfo, bartleby hasta el infinito

Hace unos pocos días concluí la lectura de "El llano en llamas", el libro que reúne los cuentos de Juan Rulfo, su principal obra junto a la novela corta "Pedro Parámo" y la póstuma "El gallo de oro". Diríase que Rulfo es el gran bartleby de la literatura del siglo XX. El escritor que dejó de escribir, sin más explicaciones, porque le vino en gana.