2006/12/26

MUSICA, MUSICAS

Joseba Tapia, MC5, Eminem y Elvis Presley. ¿Qué tienen que ver entre sí estos nombres? La música, claro está. El Olentzero, claro está. Las diferencias culturales entre padres e hijos, claro está.

Música euskaldun por un lado, anglosajona por el otro. Una mezcla enriquecedora, sin duda. Encerrarnos en lo nuestro, acotar las influencias foráneas, además de tarea imposible es estúpida. Años hubo en los que hubo opiniones en contra de la penetración del rock en nuestro país. ¡Qué tiempos! Lo que se hizo fue adaptar ese lenguaje planetario a nuestra cultura. Ahí están Hertzainak, Itoiz, Su ta Gar, Muguruza brothers, Berri Txarrak y tantos más.

Las experiencias de Kepa Junkera con artistas de otros meridianos, de otros trópicos, son también un ejemplo de que la música puede servir para ampliar la visión de Euskal Herria en el mundo, de colocarnos en el mapa no solamente por conflictos enquistados.

El gran Tapia adaptó en su día canciones de Quebec al euskara con un resultado espléndido. Ahora nos pone música a letras de Bilintx, Koldo Izagirre o Bertol Brecht ¡la ya mítica Bilbao song. ¡Txapó Joseba! Dice un proverbio kurdo ¿o era armenio? que "camino quiere el caminante". Hay infinitos caminos por recorrer, tantos como días y soles. La cuestión es recorrerlos con autenticidad, evitando pastiches y disfraces.

Escuchar el rock salvaje de MC5 o The Clash no nos impide gozar con las melodías de Jacques Brel o Xabier Lete. Mil aristas, mil artistas. Como dicen los de Betagarri en su último disco: Hamaika Gara! Somos muchos, somos mucho y más que vamos a ser.

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