
El libro que ahora he concluido es en parte personal, en el sentido de que reprocha el acoso y la persecución que sufrió el autor por parte de los vencedores, los franceses buenos que capitaneaba el general De Gaulle. No es por tanto una novela, ni por el contenido ni por la escritura utilizada, plagada de interjecciones e interrogantes, de gritos de rechazo, de miedos, de amargura. Un texto que no es fácil de leer, que requiere la atención del lector y de un poco de comprensión para un hombre que se sentía acorralado, despojado de todo, ninguneado, pero que siempre dio la cara.
Ya sé que no es políticamente correcto ensalzar a Céline, pero lo hago conscientemente. Y además invito a quienes lean estas líneas a que lo hagan sin temor, en especial la novela más arriba citada, porque supone una verdadera experiencia sobre el sentido de la existencia del hombre en este planeta, los terribles comportamientos contra nuestros propios semejantes y, en definitiva, sobre lo absurdo de esta vida.
Próximamente, y tras haber digerido la "Fantasía", pienso adentrarme en "Normance", el segundo tomo de su ciclo más personal y desesperado, junto a "De un castillo a otro", "Norte" y "Rigodon". Ser felices, aunque para ello debáis recurrir a estimulantes como un buen libro.
Hay algunos escritores "apestados" que son extraordinarios. Céline es uno de ellos. Los otros, que me vengan ahora a la memoria, son Jünger, Mishima y Pound.
ResponderEliminarSalud.