"Cruz sin amor", alegato antinazi de Heinrich Böll

Este domingo concluí la lectura de Cruz sin amor, primera novela del nobel alemán Heinrich Böll, que no fue publicada hasta el año 2002. En su momento, Böll la presentó a un concurso organizado por una publicación católica, que la rechazó. El autor renunció entonces a publicarla y solo vio la luz a la hora de editarse sus obras completas.



La novela, que no parece una ópera prima, trata de la trayectoria de dos hermanos, Christoph y Hans Bachem, ambos implicados en la Segunda Guerra Mundial. El primero es un joven cristiano, que repudia el discurso nacionalsocialista, pero que se ve obligado a integrarse en el ejército del III Reich. Su hermano pequeño, en cambio, es miembro del partido nazi ya en los años treinta y cuando estalla la guerra se siente orgulloso. Más tarde, con el transcurso de los acontecimientos evolucionará y vivirá un encuentro final con su hermano, al que ayudará, desobedeciendo a sus superiores.

El tercer personaje importante del relato es la madre de ambos, una mujer valerosa, que sufre en carne propia los desastres que se precipitarán con la guerra. Un cuarto personaje es Cornelia, la mujer de Christoph, una actriz que desaparecerá en medio de la hecatombe final de la caída de los nazis.

El propio Böll fue soldado de 1938 a 1945 y resultó herido en cuatro ocasiones. Es evidente que la novela describe en parte las experiencias del autor, en especial el periodo de acuartelamiento previo a la contienda. Desde el primer minuto de la obra, Böll se posiciona contra la barbarie de Hitler, sin dejar lugar a dudas. La novela, escrita en 1947, poco desués de terminada la guerra, es un brillante alegato antifascista, hecho con calidad sin caer en el panfleto ni la demagogia.

El único pero que le pongo es la traducción, que a veces peca de utilizar términos poco usuales como el verbo destrizar o el término apriscado, que suenan forzados en el relato.

Como anécdota cabe decir que cogí el libro en la biblioteca por pura casualidad. Mi intención era hacerme con Los detectives salvajes de Bolaño, pero me pareció demasiado voluminoso para hincarle el diente. Por coincidencia en el abecedario, allí estaba la novela de Böll, del que ya había leído El angel callaba. Acerté de pleno, aunque siga pendiente lo de Bolaño.

• Cruz sin amor. Heinrich Böll. Littera, Barcelona 2004