2008/03/16

Dostoievski en el horizonte

Portada de la edición comentada

La narrativa rusa es de tal fuerza que no da una vida para saborearla. Es necesario elegir las mejores piezas y disfrutarlas. Gógol, Goncharov, Tolstoi, Turgenef, Chejov, Gorki... son tantos que no acabaría en una hora. En este inicio de año estuve aplicado con "Crimen y castigo" de Fiódor Dostoievski, un clásico con el que había tropezado hace muchos años y que ahora he releído en la versión castellana de Cansinos Assens, una bella tradución.

La magia del autor es colocarte en el lugar del criminal, compartir sus cuitas y, por qué no decirlo, comprender sus razones. Te identificas como Raskolnikov, te vuelves Raskolnikov, y suspiras por que se salve del suplicio final.

Sabemos que el criminal no es verdaderamente consciente de los actos trágicos que ha cometido, y tendemos a otorgarle nuestro perdón, mientras las dos viejas asesinadas nos parecen odiosas, siempre mercadeando con la miseria ajena. Pero en verdad hay que decir que Rodion Raskolnikov es un criminal en toda su dimensión. Un criminal hasta el final, y aunque cuenta con el eximente de no haberse aprovechado de lo robado, hay que considerarlo como lo que es.

Hace unos meses leí "El jugador", una novelita del mismo autor, que viene a ser un reflejo de su propia biografía de adicto al juego. No fue Dostoievski un ciudadano ejemplar, pero eso nos importa una higa. Lo decisivo es que fue un escritor extraordinario, uno de los imprescindibles, que ya es decir bastante.

La edición de "Crimen y castigo" utilizada ha sido editada por DeBolsillo en formato, como su nombre indica, de bolsillo. Merece la pena.

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