La extensión del fenómeno Bartleby es imparable. A los conocidos remedos, premios, editoriales y demás fastos generados en su honor, se unió anoche el burdo plagio a que fue sometido el cuento de Herman Melville en la teleserie de moda "Camera café". En el capítulo, Bartleby se trasmuta en Bartolo el auxiliar, contratado en la oficina siniestra de Antúnez debido a un pico de trabajo. Sin embargo, Bartolo consigue salir indemne de la prueba, utilizando la frase letal "preferiría no hacerlo". ¿No es fantástico?
Un mito pergeñado por intelectuales trasnochados da el salto al escenario estrella de la cultura popular televisiva. Probablemente, la mayoría de telespectadores no captarían el mensaje de la sesión de noche melvilliana, pero ¿a quién le importa ese detalle?
No tengo mucha idea del asunto, ni pretendo ser autoridad en el tema. Sin embargo dejo para gente menos ocupada la posibilidad de estudiar los evidentes paralelismos que se dan entre la obra de Melville "Bartleby el escribiente" y el "Oblómov" de Goncharov. De ahí puede salir algo grande. Aviso.
Vea el video "Bartolo el auxiliar" subido por Sento a Youtube
[I would prefer not to / Preferiría no hacerlo]
Orri hau ez da ikusteko, irakurtzeko baizik. Lerro hauetan ez dituzu aurkituko gauza harrigarriak, txikiek baino. Página literaria en homenaje a Herman Melville [Bartleby], Iván Aleksándrovich Goncharov [Oblómov] y Dino Buzzati [Giovanni Drogo].
2007/06/19
2007/06/10
Hans Lebert o la Austria digna

No soy yo persona autorizada para divagar sobre los méritos de Lebert, simplemente remito a su lectura. Una lectura que deberá ser pausada y densa, porque no se trata de literatura de evasión, ni de novela histórica, tan de moda ahora. Se trata de libros que desnudan la Austria que permitió la entrada triunfal de los nazis en Viena, la Austria ultracatólica y conservadora que camina sobre montañas de huesos, los muertos en la guerra, las víctimas de un fascismo no superado, que sigue latente en el corazón y la mente de muchos habitantes del país.
Lebert, que tiene evidentes paralelismos con la obra posterior de Bernhard, representa la conciencia viva que salva a Austria de la hecatombe. Son ellos, junto a otros como Joseph Roht o Elfriede Jelinek, quienes logran que el país centroeuropeo pueda seguir siendo una civilización, pese a la inmundicia que esconde detrás de las puertas y alfombras de muchas de sus viviendas.
No pretendo convencer a nadie con este breve comentario. Sería una enorme petulancia por mi parte, pero si algún internauta, aunque sea sólo uno, alcanza a leerlo y posteriormente se anima a acercarse a la obra de Lebert, me daré por muy satisfecho. Salud.
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